Todo surge de la eternidad y la eternidad está en tu interior.
La eternidad es el bacio del alma.
En quietud.
Estando tu cuerpo en quietud.
En profundos estados de quietud, cuando el alma se aquieta, surge conciencia de un silencio de un bacio eterno que no se llena, porque es sensación plena.
El bacio es aquello qué sin ser nunca está vacío.
Es un estado de conciencia de creencia de infinitud plena de sensaciones de unificación con el eterno constante que te rodea cuando el alma es silencio en vez de queja.
Eres uno y bacio.
Eres uno unificado con el uno que te rodea.
En ese instante único eres uno en ella.
El viento gira a tu alrededor y tu eres veleta.
Eres armonía cuando no hay lucha, cuando fluyes con la fuerza.
Y, ahora, eres silencio y quietud.
Y, ahora, la vida es la faena y, ambas son eternas.
No le busques explicación, sucede cuando alcanzas determinados estados de consciencia.
...no le busques sentido, no lo tiene.
maestro zen
martes, 18 de marzo de 2008
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