No puedes ser torero.
NO PUEDES!!!
No puedes ser aquello que no eres, y es estupido intentarlo.
En el caso del Luguillano, NO PUEDES SER DAVID!! Aunque trates de intentarlo.
Torero así, no es una opción, y quizás, más que bendición sea condena, pero no puedes evitarlo, como la noche no puede evitar que cada manyana, salga el sol.
Hay, por ello, dos partes, noche y manyana, que a la vez, no caben.
Sólo puedes ser lo qué eres aunque David enferme cada ve que el luguillano sale.
Arte en estado puro que no desea parte ni aparte.
Tu no tienes que aprender a ser torero, solamente olvidarte de David.
...no le busques sentido, no lo tiene.
maestro zen.
martes, 15 de abril de 2008
jueves, 3 de abril de 2008
Dignidad es NO_ansiedad
La dignidad en el toreo es la no_ansiedad.
La no_ansiedad es ese instante en donde todo lo que haces se sienten las pausas.
Si muestras la pausa en todo, logras, parar el tiempo.
Parar el tiempo es eternidad.
Eternidad en el toreo.
Y, eso, se puede entrenar.
Primero, camina lento.
Camina lento adelantando solo un pie.
El derecho.
La mano derecha va puesta en el pecho.
Extendida.
Como si fuera una prolongacion del esternon.
Es el aplauso de una sola mano.
La mano te da sensacion de verticalidad.
Nunca dejes que tu pensamiento adelante a tu mano.
Te debes concentrar en un eje imaginario.
El centro de tus ojos unelo al dedo corazon y a la parte baja del vientre, mentalmente.
Ata a ese eje a tu mente.
Siente la verticalidad.
Alinea la coronilla con el sacro.
Adelanta el pie derecho despscio.
Como si no sucediera.
Apoya lentamente los dedos del pie.
Con cuidado...
El peso esta en la pierna izquierda.
El cuerpo no permanece adelantado.
Da el paso.
Desplaza lentamente la cadera hacia delante.
Nunca pierdas la vertical del los hombros y la cadera.
Centrate en tu plomada natural.
Dignidad es cuando no hay pensamientos en quietud.
Dignidad es cuando hay quietud en el movimiento.
Entonces sucede la espiritualidad...
...no le busques sentido, no lo tiene.
maestro zen.
La no_ansiedad es ese instante en donde todo lo que haces se sienten las pausas.
Si muestras la pausa en todo, logras, parar el tiempo.
Parar el tiempo es eternidad.
Eternidad en el toreo.
Y, eso, se puede entrenar.
Primero, camina lento.
Camina lento adelantando solo un pie.
El derecho.
La mano derecha va puesta en el pecho.
Extendida.
Como si fuera una prolongacion del esternon.
Es el aplauso de una sola mano.
La mano te da sensacion de verticalidad.
Nunca dejes que tu pensamiento adelante a tu mano.
Te debes concentrar en un eje imaginario.
El centro de tus ojos unelo al dedo corazon y a la parte baja del vientre, mentalmente.
Ata a ese eje a tu mente.
Siente la verticalidad.
Alinea la coronilla con el sacro.
Adelanta el pie derecho despscio.
Como si no sucediera.
Apoya lentamente los dedos del pie.
Con cuidado...
El peso esta en la pierna izquierda.
El cuerpo no permanece adelantado.
Da el paso.
Desplaza lentamente la cadera hacia delante.
Nunca pierdas la vertical del los hombros y la cadera.
Centrate en tu plomada natural.
Dignidad es cuando no hay pensamientos en quietud.
Dignidad es cuando hay quietud en el movimiento.
Entonces sucede la espiritualidad...
...no le busques sentido, no lo tiene.
maestro zen.
zen y ZAPATILLAS...
El entrenamiento de hoy se ha centrado en las zapatillas.
Lo he llamado: zen y ZAPATILLAS.
Al torear tu mente debe estar vacia de pensamientos.
El toreo fluye desde el vientre.
El vientre como centro.
Debes poner tu mente en tu vientre.
Tres dedos por debajo del ombligo.
Asi, no hay pensamientos.
Alcanzas el vacio.
Entonces, los pies ocupan los espacios.
Primero andas despacio.
Andas al reves.
Andar al reves es apoyar primero los dedos de los pies y luego el talon.
Asi no andas.
Andas sin andar.
Al andar sin andar, tu mente no muestra pensamiento.
En ese momento avanzas sin avanzar.
Le comes los terrenos al toro y el toro no te ve.
No te ve porque no te huele.
No huele tus pensamientos.
...no le busques sentido, no lo tiene.
maestro zen
Lo he llamado: zen y ZAPATILLAS.
Al torear tu mente debe estar vacia de pensamientos.
El toreo fluye desde el vientre.
El vientre como centro.
Debes poner tu mente en tu vientre.
Tres dedos por debajo del ombligo.
Asi, no hay pensamientos.
Alcanzas el vacio.
Entonces, los pies ocupan los espacios.
Primero andas despacio.
Andas al reves.
Andar al reves es apoyar primero los dedos de los pies y luego el talon.
Asi no andas.
Andas sin andar.
Al andar sin andar, tu mente no muestra pensamiento.
En ese momento avanzas sin avanzar.
Le comes los terrenos al toro y el toro no te ve.
No te ve porque no te huele.
No huele tus pensamientos.
...no le busques sentido, no lo tiene.
maestro zen
Suscribirse a:
Entradas (Atom)